Aunque ya estemos muy acostumbrados a verlos en la calle no deben pasar desapercibidos.
Desde la crisis del 2001 se incremento esta clase de trabajo; son los cartoneros, ejércitos de hombres, mujeres y, lamentablemente también, niños, quienes no encuentran otra salida laboral y deben volcarse a un digno pero precario trabajo.
Admirando un rato su labor, aquellos carros traccionados por caballos, como si se tratase de un carroza del siglo XVII, pero aun en peor condición, pude notar su inmensa dignidad. Y es que contrastan con aquellos que eligen el camino fácil y violento, esos que roban vidas, aun peor que lo material, siendo muy injusta su comparación.
Quizás aun mas grave muchos se ven forzados a hurgar entre la basura para conseguir el pan diario, aprovechando los desperdicios comestibles que deja la gente en algunos locales de comidas rápidas.
Visiblemente son personas que quieren trabajar, a pesar de no encontrar un lugar en nuestra sociedad clasista, ellos crearon sus puestos de trabajo. Y no solo eso, sino que también contribuyen fuertemente con la ecología reciclándolo todo.
Hoy inclusive es posible verlos organizados en cooperativas, alquilando galpones donde depositan lo reciclable para luego venderlo, no por mucho, pero con esfuerzo logran ganarse lo vital.
Es una muestra mas de que los ejemplo están por todas partes, en lo cotidiano encontramos casos interesantes, tan dignos como ellos de ser admirados. Ojala cuando veas a uno en la calle también puedas ayudarlos, aunque nuestra ayuda pueda ser muy poca.
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